lunes, 25 de julio de 2011

Él.

Abrí los ojos.Una música lenta y dulce salía en forma de felicidad de una radio que nunca había visto,enorme,color verde.Estaba tapada hasta el cuello por el gran edredón fucsia,y miré sin moverme, hacia abajo.Estaba sobre 20 edredones por lo menos,y algo me cosquillaba la espalda.A saber qué había bajo todo aquello.Mi pelo,a excepción de otras veces,se encontraba lacio no,extremadamente largo,en una trenza,y además rubio.Me aparté la sábana,dejando al descubierto un vestido rojo y extravagante,con capa incorporada.
+¿Que tal ha pasado la noche,princesa?
+Tiene que haber algo debajo del todo...
+¿Un guisante?
+Buffff pues tiene que ser del tamaño de una roca, porque si no...-suspiré,y luego me reí.El mayordomo se rió conmigo-
Aquella pregunta me desconcertó un poco.¿Princesa?Claro,pensé.Ese escenario solo podría tratarse de un cuento de princesas.La habitación era enorme,cosa de la que no me había percatado hasta ahora.Lujos de todos lo modos se agolpaban en la estancia,y dibujitos de coronas extremadamentre detallados le daban aspecto de sala real.
Bajé de la cama,con la ayuda de un hombre que había permanecido allí toda la anoche,o eso suponía,y fui acompañada al baño por una chicas llamadas doncellas,que insistían en ducharme.Lo hice rápido pero sola,pues tenía unas ganas tremendas de observar bien todo aquello antes de que me despertase. 
+¿Princesa,cual le gusta?
Una doncella bastante delgada y con buena silueta,me señalaba una habitación entera llena hasta arriba de vestidos de todos los estampados y colores.Al fondo,un espejo enorme nos retrataba a las dos.Mi pelo había cambiado.Ahora se presentaba corto,negro y además,llevaba una corona pequeña,brillante y de plata.También una capa roja,característica en la princesa de los enanitos.
Rebusqué entre aquel armario-habitación, hasta que encontré algo que iba con mi estilo,pero poco habitual para el lugar donde me encontraba.
+¿Esto,princesa?
Asentí varias veces,e hizo además de decir algo más,pero no pudo,y cerré la puerta del cambiador,sonriente.
+Si,una camiseta rosa fosforito.
+¿Rosa?¿Camiseta?
+Si,si...una falda de..bueno negra con dibujos de flores en tonos oscuros, y unas...¿Como se llamaba eso? Ah,si.converse rosas...fosforito también.
Salí del probador ,con cara tiunfante.Me había salido de la raya pero,es que ese conjunto era algo que deseaba ponerme desde hacía ya mucho.
Escuché mi nombre,y salí al pasillo,ignorando a las doncellas que me seguían a todas partes,y a paso rápido.Me llamaban de la cocina donde, una señora extremadamente preciosa permanecía sentada en una de las sillas de una cocina americana,algo extraño al estar en un cuento de princesas,y me miraba con aspecto serio.
+Espero que te hayan tratado bien las doncellas...
+Claro que sí,madre.
¿Madre?Supongo que lo dije porque me sabía meter bien en el papel,porque sabía actuar.Suspiré relajada cuando aquella mujer con corona y cabellos de oro sonrió por fin,y nos sirvieron un desayuno ligero.Una ensalada,zumo de naranja,frutas,y algo más.Me levanté de la mesa,después de que ella me dio permiso,y salí al jardín a pasear.Los mayordomos me miraban sonrientes, preguntándose aquel cambio de vestimenta.Dejé de ser blanca nieves,y me convertí en la la bella durmiente,en medio de aquel labertinto de setos,paredes llenas de enredadera,muros enormes,llenos de rosas con espinas alrededor.Caminé durante un rato,sin miedo a perderme pues,tenía la sensación de que sabía como volver.Me quedé dormida en un banco de piedras tras encontrarlo en una placita en la cual,en el centro,se encontraba una pequeña fuente donde las rosas y los árboles se reflejaban en el agua cristalina.Los pajaritos paraban ahí a beber agua,mientras los peces nadaban en aquella agua transparente.Cuando desperté,unos enormes ojos azules y desconocidos me miraban con entusiasmo.Cavilé en preguntar quien era peor,se me adelantó aquella niña pequeña.
+Eres...La princesa¿A que sí?
La pequeña niña rubia con rizos se balanceó con su vestido azul, y sus manoletinas.Asentí sin ganas,y luego sonreí.
+Hay un baile...¿Vas a venir?
+Claro,¿Como te llamas?
+Juli...
+¿Juli?
+Julieta.-sonrió avergonzada pues,su nombre no le acababa de gustar.
-!Julieta!¿Dónde estás?
De porte caballeroso,y rubio,apareció de entre los arbustos,buscando algo.
-Oh,siento haberlas distraído princesas.Mi nombre es Marcos.
+Encantada,
Hice una reverencia,raro en mí,y sonreí.La verdad es que era bastante guapo.Rubio con ojos azules.Pero no tanto como él.Él era mucho mejor.Tenía algo capaz de atraer a cualquier chica,por exigente que fuera.Quizás ni siquiera era guapo,peor,era atractivo si,y mucho.Cuando la comisura de sus labios formaban aquella sonrisa que me derretía hasta la saciedad,y sus palabras,y su forma de besar,y de andar,y de vestir,aquella chaqueta,aquellas converse.De nuevo pensando en él aunque él ni siquiera estaba allí,en mi sueño.Pero no quería despertarme...Aún no.
Me removí por un ruido en la cama,y seguí soñando.
+Entonces...¿Hay un baile en tu castillo?-Lo dije sin ganas,ni ningún respeto.Después de todo,nada le debía yo a aquel ricachón.
-Oh,¿Ya me tutea,señorita?-sonrió con segundas intenciones imaginándome sin la poca ropa que me cubría,supongo-Si,hay un baile y espero que asistas.
Remarcó la ese exageradamente para que me diera cuenta del tuteo,y salió de allí,con aquella niña pequeña,que ya no dijo palabra.Tan solo miraba al frente,distante.
+A las ocho,me ha dicho...
Hablaba sola para acordarme pues,mi memoria flaqueaba últimamente,desde que estudiaba.Incluso en los sueños tenía mala memoria,era penoso.Seguí caminando entre el laberinto pero,sin encontrar la salida.Me pasé tres horas deambulando,hasta que se hizo de noche.Me senté en el suelo,apoyada en uno de los muros,con cara de desesperación.Luego suspiré y una aureola brillante del tamaño de una mota de polvo empezó a hacerse grande,como del tamaño de una persona.Esperé algo asombrada, hasta que la aureola tomó forma de mujer regordeta,con un parecido exagerado al de la señora de al lado de mi casa,la vecina.Llevaba un vestido de lentejuelas brillante,que se podía ver a kilómetros.
+Bueno chica,¿quieres un vestido no?
Me quedé muda porque,mientras decía eso,se miraba las uñas,despreocupada.
+Aunque..La anterior me pidió un mejor fregasuelos para limpiar...-Me miró,y luego sonrió-¿Tú tampoco quieres ir al baile?
+¿Tengo que ir?-la miré con cierta timidez,pero decidida-Es que...
+No hay peros...Eres princesa,tienes que ir.!Por favor!Ya ninguna pide ir al baile...
+No sé salir de aquí-acabé la frase,mientras ella se reía a carcajadas. 
+Niña,tampoco yo,pero como siempre me teletransporto no hay problema...
Y siguió riéndose.
+Pero es importante que vayas a ése baile..Igual está...
+¿Sí?-deseé que dijera su nombre,o que tan sólo dijera "Él".
+No me acuerdo...Pero el baile ya habrá empezado...
Sacudió la varita varias veces,para iluminar el reloj que llevaba en la muñeca,que tendría que ser bastante caro.
+Intentemos salir de aquí por las buenas...Igual llegamos al baile...¿Quieres?
Asentí con la esperanza de que me encontrase a alguien allí,exactamente al "alguien que todos estamos pensando".Intenté trepar por uno de los muros,pero me fue imposible.Lo intentamos por todos los modos posibles,e incluso el hada madrina dejó su varita en el suelo,para que la ayudara a subir a ella.En ese momento,pasaba un gato,que la cogió con la boca,y empezó a correr en cuanto nos dimos cuenta.
+!Eh!
De la varita brotaban miles de motitas brillantes,que parecían purpurina,magia.En una de esas, el gatito me embadurnó por completo de "purpurina".Mi ropa,que estaba manchada,con rotos, y sucia, fue convirtiéndose en un vestido azul, larguísimo.El gato,en mis brazos,maullaba desconsoladamente.Mi pelo despeinado se convirtió en un recojido bonito,cono dos mechones sueltos a los lados,y el resto del pelo recogido por dos trencitas,hacia atrás.Mi pelo ahora era de mi color habitual,marrón oscuro. Las zapatillas ya no eran zapatillas,sino unos zapatitos transparentes de cristal,con un tacón fino.El gatito se desembarazó de mis brazos y quedó también bañado en el polvillo de hada madrina,que lo convirtió en una moto harley negra.Si,una moto de esas.
+Creo que esto se pasa de la raya,princesa.Aunque no es culpa de nadie,la verdad.
Volvió a convertir a la harley en gato,y sacudió la varita de nuevo mientras musitaba unas palabras mágicas,y una moto mucho más cara todavía apareció ante nuestros ojos.Se me abrió la boca del asombros,y ella sonrió triunfal.
+¿Mola ehh?
Nos subimos,y empezamos a ir de camino.Nunca olvidaré la forma en la que aquella señora-hada-madrina conducía.Deberían ponerle multas todos los días si,según me contó la usa habitualmente porque,es una conductora temerária.Se saltó los semáforos,los pasos de cebra,y demás,las señales...
Yo no dejaba de chillar,a parte de que,las gafas que se había puesto aquella mujer eran de chiste y,cómo nos quedaba el caso,peor todavía.Cuando llegamos,un mareo terrible me agarró en el segundo escalón del castillo,mientras subía.Me quedé agarrada a la barandilla,y luego me senté.Mientras tanto,el hada subió a ver si quedaba oalguien pues,ni se oía la música,ni a los invitados.Eran las doce pasadas,a si que supongo que la magia acabaría pronto.El hada volvió,teletransportándose y con mala cara.Suspiró y se sentó a mi lado.
+Malas noticias chiquilla...No queda nadie.
+¿Nadie?
La verdad es que no me lo esperaba.¿Nadie?Tenía la esperanza de verlo...
+¿Puedo entrar?
+Claro niña,todo tuyo,está vacío.Yo tengo una cita...Llámame al móvil si me necesitas.
Me quité aquellos zapatos de cristal,y los dejé en los últimos escalones.Subí casi desprendiéndome de todo el vestido: cancán,raso,cintas...y cuando llegué parecía un vestido de verano.La sala donde se había celebrado el baile era enorme.Una enorme pista de baile,en un enorme castillo.Subí las escaleras,con el silencio de compañero,y paseé por el castillo,visitando cada una de sus habitaciones.Cuando quise bajar las escaleras,una música de piano sonaba en la sala de abajo.Música de piano.De nuevo la magia hizo efecto.El polvo de hadas fue cayendo del techo mientras bajaba las escaleras agarrada a la barandilla,convirtiendo lo que quedaba del vestido en otro aún más bonito,aunque corto,de un rosa pálido casi blanco,palabra de honor,un collar de colgantes en el cuello,y unos pendientes a conjunto.Mis pies,que permanecían desnudos pisando el frío suelo,pasaron a estar dentro de unos finos tacones del mismo color.Mi pelo se quedó de la misma forma que antes pues,no se me había destrozado con el casco, a pesar de todo.
Bajé las escaleras,mirando hacia los lados,mientras la música de piano se oía de fondo.Los tacones resonaban en el suelo de aquella sala gigante en la cual me encontraba.Miré hacia todos lados,buscando a alguien.
-Oye princesa,¿quieres bailar?

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