Y bajo la fachada ocurre el hecho que estaba esperando.El gesto, el guiño, la señal, la mirada.Cualquier cosa que me dijera que la apuesta era segura, que saldría a ganar.Pero siempre queda algo que te ciega y no te deja ver.Algún miedo, o algún error, un fallo.
Y después de pasarme toda la noche contando estrellas y pensando que, quizá soy yo la única que piensa que es la responsable de que todo acabe rompiéndose en pedazos de cristal, me dormí en la cuna de las palabras dulces y húmedas que susurrabas en mi oído.
<<Ya nunca habrán días malos.>>
Y después de pasarme toda la noche contando estrellas y pensando que, quizá soy yo la única que piensa que es la responsable de que todo acabe rompiéndose en pedazos de cristal, me dormí en la cuna de las palabras dulces y húmedas que susurrabas en mi oído.
<<Ya nunca habrán días malos.>>
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