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Quiere que le acompañe a un sitio.Poder besarle por el cuello y hacerle dibujitos en la espalda desnuda con los dedos para hacerle cosquillas.Quería contar las estrellas, enseñarle las constelaciones y dormir notando los latidos de su corazón tocar su melodía.Quiere escuchar su respiración en la oscuridad, y abrazarle cuando la única cosa que teme es perder a su familia y quedarse solo.Quiere conocer todas las cosas que le gusta hacer, aconsejarle, quiere verle por las mañanas, despedirse con un beso de prisa por las noches y verle subir a la moto con una sonrisa tonta y los labios aún rojos.




Quiere pedirle que de nuevo vaya con ella a un sitio.Quiere llevarle a algún lugar especial, un lugar donde puedan saltar abismos sin miedo  a caer y hacer trizas sus sueños mas preciados.
Un lugar donde la luna salga siempre y las noches sean especiales una tras otra.
Ella quiere besarle y dejarle con el sabor en la boca, cogerle de la mano a todas horas, poner en un puente un candado con sus nombres, viajar a la Toscana , abrazarle, quererle sin medida.




Ella camina sola por una callejuela oscura y las lluvia hace que el pelo se le pegue a la cara, y la humedad consigue que le cueste mucho más respirar.No comprende por qué las cosas no son tan fáciles, ni por qué no ha podido crecer.No comprende por qué él no ha vuelto a llamarla a las tantas cuando se emborrachaba, ni por qué no le cogía el teléfono por las mañana cuando la resaca sacudía sus neuronas.


Ella se arrodilla frente a su portal y llora desconsolada, no puede pensar en nada.Alguien se agacha a ayudarla, pero ella suelta su mano en cuanto se da cuenta de que no es él.Y acto seguido, como quien sigue una pauta, saca un cigarrillo, lo enciende, y fuma bajo la lluvia por que ella es así, predecible y dulce.