Creo que solo yo me acuerdo de su tremenda sonrisa.Todos los demás dejaron de escucharme desde el momento en que decidí dedicarme cada diez minutos a recordar su cara, a recorrer su espalda con la mirada y a imaginarla bajo las caricias de mis dedos.
Ahora solo quedamos tú, yo, y mi deuda contigo.
Ahora solo quedamos tú, yo, y mi deuda contigo.
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