Las gotas de lluvia los empaparon a ambos, que sonrieron complacidos.Le abrazó como pudo intentando no hacerle daño, y ella besó sus labios húmedos sin dejar que escapase, ignorando el dolor, pegándose a su piel.Pronto volverían a despedirse, pronto volverían a echarse de menos, pronto volverían a dejar de ser uno solo.Entretanto, se tenían el uno al otro.
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