miércoles, 25 de julio de 2012

Decisions

Decir que no estaba asustado sobraba en aquel momento, pero se lo repitió a sí mismo por si acaso. Cuando tan solo era un niño y su padre se fue de casa, un miedo parecido le envolvía cada noche. Un miedo extraño y complejo que ni él mismo podía imaginar. Se escondía en el armario o bajo la cama, y esperaba que pasase la tormenta. Ahora ya sabe que ese miedo puede superarse. Que si respira hondo varias veces se calma inconscientemente, y siente como ya no le late el corazón tan fuerte. Finge tener valentía e intenta presionar el pequeño timbre negro. Pero nada. Le tiembla hasta el subconsciente, no puede aceptarlo, no lo soporta. No entiende que puedan existir diferentes manera de ver la situación y analizarla. Sólo el dolor que tiene en el pecho y no le deja respirar es suficiente como para medir su enfado. ¿14 años y ni un sólo día se había preguntado qué era de él?
Aquel mismo día hacía 18 años. En unos minutos, quizá segundos. Nació a las cinco y media de la tarde. En unos instantes sería mayor de edad, y ni siquiera era capaz de presionar un timbre. Un absurdo, negro y desgastado timbre que seguramente emitiría una melodía poco pegadiza y lenturria.
Ya sé. Queréis saber si presionó o no aquel botón, ¿eh , pequeños curiosos? La respuesta es no.
Él era un chico de pocas palabras, ¿Qué iba a decir si su padre realmente abría la puerta? Seguramente se quedaría en silencio, balbucearía algo sin sentido y se marcharía rascándose la cabeza. Después se lamentaría por aquello durante toda su vida.
Pero estaba tranquilo. En aquella casa, por mucho que habían dicho los vecinos, no vivía su padre. En aquella casa vivía un completo desconocido al que simplemente se parecía. En aquella casa no había nadie al otro lado mirando a través de la mirilla con un nudo en la garganta. En aquella casa puede que hubiera un hombre en la ducha, un abuelo en alquiler, o un  hombre cualquiera con las gafas caídas y leyendo en periódico. Cualquiera menos su padre, cualquier otra persona que no tuviera ningún extraño vínculo con él. Y todo por que aquella puerta le daba 'miedo'.

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