A veces simplemente no se en qué argumentos basarme para explicar por qué me gusta. No son ni sus ojos, ni sus pómulos, ni sus besos, ni sus abrazos, ni su cuerpo, ni su sonrisa, ni su voz, no es nada de eso.
Supongo que el no saber la razón es lo que me seduce. Lo desconocido, lo que me va a costar un cierto precio conseguir, lo inseguro, el sueño que dudo alcanzar.
Dicen que no existe nada tan obsesivo como el amor, y ahí está él, demostrándomelo cada día solo con palabras.
Supongo que el no saber la razón es lo que me seduce. Lo desconocido, lo que me va a costar un cierto precio conseguir, lo inseguro, el sueño que dudo alcanzar.
Dicen que no existe nada tan obsesivo como el amor, y ahí está él, demostrándomelo cada día solo con palabras.
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