Me metí en el vagón de un tren con dirección directa, sin parada a tus labios.
Es increíble el efecto que tienen sobre nosotros algunas drogas.Y la de veces que se nos pasa por la cabeza, durante tan solo unos segundos, llenarnos la boca de barbitúricos, Speed, Vodka y porros.
Y todo porque creemos que todo esto vencerá a la inercia, y hará que la noche parezca mas larga, quizá mas animada, o quizá le de la posibilidad al enamorado de ver un nuevo horizonte, qué se yo.
Pero conmigo no funcionan ese tipo de cosas.Si me subes la música y me miras a los ojos, ocurren más cosas que si me bebo cien cubatas.Ocurre que ambos nos damos cuenta de que aquella noche cuando nos conocimos, del mismo modo, entre alcohol y adolescencia, carcajadas y mareos, fue especial.
Lo mismo que en este mismo instante, cuando me miras y yo te miro, y parece que todo alrededor se ha ralentizado, que la música ya no suena tan alta, por mucho que la subas, y que no me pitan los oídos, solo puedo oír el bum, bum de mi corazón, o quizá de los baffles.
Sonríes como aquella noche, en la que tú repetiste tu nombre tantas veces, y yo <<¿Qué>> Chillando después, que al final no me importó y asentí, asentí como si lo hubiera oído, y supongo que tú hiciste lo mismo conmigo.
Ahora que me miras, pienso que han pasado un año de eso, y te veo crecido.Bueno, quizá seamos aún adolescentes, niños, como quieras llamarlo.Pero para mí, aquella noche, mientras me prometías estrellas que yo sabía que más tarde no tendría, y me repetías te quiero una y otra vez al oído, me sentí especial.
Eso no puede hacerlo Cualquiera. Solo, tú.
Es increíble el efecto que tienen sobre nosotros algunas drogas.Y la de veces que se nos pasa por la cabeza, durante tan solo unos segundos, llenarnos la boca de barbitúricos, Speed, Vodka y porros.
Y todo porque creemos que todo esto vencerá a la inercia, y hará que la noche parezca mas larga, quizá mas animada, o quizá le de la posibilidad al enamorado de ver un nuevo horizonte, qué se yo.
Pero conmigo no funcionan ese tipo de cosas.Si me subes la música y me miras a los ojos, ocurren más cosas que si me bebo cien cubatas.Ocurre que ambos nos damos cuenta de que aquella noche cuando nos conocimos, del mismo modo, entre alcohol y adolescencia, carcajadas y mareos, fue especial.
Lo mismo que en este mismo instante, cuando me miras y yo te miro, y parece que todo alrededor se ha ralentizado, que la música ya no suena tan alta, por mucho que la subas, y que no me pitan los oídos, solo puedo oír el bum, bum de mi corazón, o quizá de los baffles.
Sonríes como aquella noche, en la que tú repetiste tu nombre tantas veces, y yo <<¿Qué>> Chillando después, que al final no me importó y asentí, asentí como si lo hubiera oído, y supongo que tú hiciste lo mismo conmigo.
Ahora que me miras, pienso que han pasado un año de eso, y te veo crecido.Bueno, quizá seamos aún adolescentes, niños, como quieras llamarlo.Pero para mí, aquella noche, mientras me prometías estrellas que yo sabía que más tarde no tendría, y me repetías te quiero una y otra vez al oído, me sentí especial.
Eso no puede hacerlo Cualquiera. Solo, tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por comentar