domingo, 18 de septiembre de 2011

We cannot really love

Y porqué no, entré en la boca del lobo.
Bueno, mejor me explico.Sus labios presionaron suavemente los míos, nos besamos a la luz de la Luna.Ambos nos comimos el pastel de la abuelita, y el guarda-bosques se había marchado de vacaciones a quién sabe donde.Yo no tenía la melena dorada, más bien castaña, y llevaba una capa azul, aunque nadie me llamaba caperucita azul.Mi madre me mandó llevarle la merienda a mi abuela a la residencia, aunque realmente no le hiciera falta de nada allí, con tanta gente de su edad.
Pues bien.El lobo se pasó toda la tarde conmigo.Nos perdimos entre sonrisas como uno se pierde entre las enredaderas de un laberinto, y más tarde nos encontramos con las palabras perfectas.Sonreí al ver que no quitaba la vista de mis labios, de mi cara, de mi sonrisa.
No sé.No había  ni un solo zapato,  ni ninguna corona de diamantes, pero me murmuró princesa varias veces, contra los labios.Por eso nos besamos.No había ni rastro ni de brujas ni de manzanas, ni nada olía a cuento barato.Simplemente, ocurrió.
Ahora en lo único que creo es en la magia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por comentar