martes, 1 de noviembre de 2011

El día que más lo quise, me dejó.

Quiero que aparezca esa estrella fugaz que me haga temblar.Esa que tienen tus ojos.

Puede que haya olvidado mi verdadera identidad.
Y sé que aunque tu purpurina brille, y se quede por todas partes, sin necesidad de pegamento, con unas cuantas duchas, y un cepillo, y muchísimo esfuerzo, se esfumará como si nunca hubiera existido.

Me duelen las manos de tanto golpearlas contra tu pecho, y la garganta de tanto chillarte que te odio cuando es todo lo contrario.Me duelen tus besos, la ira, me duele el mismo dolor que me proporcionas.Me duelen estas cicatrices de amor que no me dejan ni respirar, aunque solo quiera respirar tu aliento.

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