Aún recuerdo.
Aquella vez.
Aquella vez en la que tu habitación era el lugar que solo visitaban los ángeles.
Cuando yo quería ser tu euforia y tu incondicional, tu día y tu noche, y solo quería volver a pasar esas noches en vela bebiéndote a morro.
Aquella vez que juntos cantamos aquello de que los corazones tontos no llegarían al cielo.
La corona de plástico, y las palabras que escribíamos para quemarlas después.
Las tardes de Amaral a todo volumen, Pol 3.14, y nuestros grupos de rock.
Tus abrazos que nunca venían a cuento y que siempre me hacían llorar, tu manera de entender cada uno de mis gestos.Conocer a cada cuanto tiempo parpadeo, contar los segundos que faltan para verme.
Amaneceres una y otra vez, y tus ojos, que nunca se callaban, tu boca, que me callaba a mí.
Tantos momentos que no volverán, nunca, por mucho que lo desee.
Pero que siempre me dejaron buen sabor de boca.
Aquella vez.
Aquella vez en la que tu habitación era el lugar que solo visitaban los ángeles.

Aquella vez que juntos cantamos aquello de que los corazones tontos no llegarían al cielo.
La corona de plástico, y las palabras que escribíamos para quemarlas después.
Las tardes de Amaral a todo volumen, Pol 3.14, y nuestros grupos de rock.
Tus abrazos que nunca venían a cuento y que siempre me hacían llorar, tu manera de entender cada uno de mis gestos.Conocer a cada cuanto tiempo parpadeo, contar los segundos que faltan para verme.
Amaneceres una y otra vez, y tus ojos, que nunca se callaban, tu boca, que me callaba a mí.
Tantos momentos que no volverán, nunca, por mucho que lo desee.
Pero que siempre me dejaron buen sabor de boca.
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