Fuera hace frío.Llueve y ella está mojada, asustada.No sabe si salir corriendo, huir, o seguir hacia delante.Y decide sentarse.Le entra frío, y aún así, no puede moverse.Siente que no tiene fuerzas de afrontarlo como debe, que no sabría qué decir, que no sabría si besarle o no, ignorarle, si podría olvidarlo.
Fuera hace frío.En las ventanas de su habitación la lluvia golpea con fuerza los cristales y ella sigue llorando sin más.Sabe que no va a volver, o no tiene esperanzas, o lo duda mucho, o tiene miedo incluso de que vuelva....
Y, ¡Por Dios!Se siente abrumada.Le gustaría poder ver cómo su figura toma matices, aparece sin difuminar, se agacha, y le besa como siempre.
Y justo cuando cree que su imaginación le juega una mala pasada, y que tan solo lo ve en su cabeza, se da cuenta de que un beso como ése, bajo la lluvia, no puede ser producto de su imaginación.
Fuera hace frío.En las ventanas de su habitación la lluvia golpea con fuerza los cristales y ella sigue llorando sin más.Sabe que no va a volver, o no tiene esperanzas, o lo duda mucho, o tiene miedo incluso de que vuelva....
Y, ¡Por Dios!Se siente abrumada.Le gustaría poder ver cómo su figura toma matices, aparece sin difuminar, se agacha, y le besa como siempre.
Y justo cuando cree que su imaginación le juega una mala pasada, y que tan solo lo ve en su cabeza, se da cuenta de que un beso como ése, bajo la lluvia, no puede ser producto de su imaginación.
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