Aunque duela.

Lo admito. No creí que te marchabas. Cuando lo dijiste no fui capaz de tomármelo en serio. Supongo que era por que hacerme a la idea de estar sin ti no estaba en mis planes. Creía que podríamos con esto, con aquello, con cualquier obstáculo. Y ahí estabas tú con las maletas ya fuera y con la sonrisa en mano. Repetías que nos volveríamos a ver, pero cada vez que parpadeaba y tu figura se alejaba, me daba cuenta de que era uns simple mentira. Una de tantas, piadosa para que pudiese aferrarme a algo, aunque fuera a que una parte de ti se quedaba conmigo, y que el resto volvería pronto. Pero no era así. Tú siempre decías que yo odiaba las despedidas, por eso no dijiste 'Adiós'. Pero a veces incluso los 'Hasta mañana' dichos de esa forma pueden convertirse en tragedia.