jueves, 19 de julio de 2012

Parte de la culpa es mía

Él siempre fue así. No esperaba, actuaba. Y si luego tenía que pedir perdón, lo hacía con un beso. Un beso del que te enamorabas para toda tu vida. Por eso procuraba evitarle. Besarle lo justo, dejar que me susurrara lo justo al oído, abrazarle lo justo. Y todo porque sabía que de un día para otro podía desaparecer de mi vida para siempre.

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