viernes, 24 de agosto de 2012

Nothing but your heartbeat

Entonces me pregunté si yo podría hacerte sonreír. Por las mañanas, por las noches, incluso mientras duermes. Cada día me preguntaba: ¿Se fijará en mí? y cada día me dolía más la cabeza. Me dolía tanto que creía que explotaría si volvía a pasar algo igual en mi vida.
Pero no fue siempre así. Hubieron momentos en que sólo nos entendíamos él y yo, momentos en los que me necesitaba. Y yo como una tonta accedía. Limpiaba sus lágrimas, intentaba retenerle en abrazos que creía eternos. Sólo un hecho me hizo comprender que jamás sería mío.

Incluso con todo aquello, eso no evitaba que él se volviera a marchar una vez más, a buscar su propia vida lejos de mí.

1 comentario:

  1. En el amor hay momentos en los que a uno le necesitan, mas si este amor no es verdadero y realmente correspondido, la fugacidad del momento se diluye en un mar de palabras vagas y promesas que jamás se materializarán, pues son el espectro del algoritmo imposible que el no versado en la matemática toma como correcto.
    Me gusta mucho tu entrada porque refleja de manera fidedigna diferentes expectativas, las de la pasión y las del amor completo.
    Un saludo. Libertad.

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Muchas gracias por comentar